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Quito, 21 de junio de 2023

Bioética y Políticas Públicas

Doctor en Medicina y Cirugía
Máster en Bioética
Especialización en Gerencia de salud
Diplomado de Filosofía, Política y Economía
PhD (c) Doctorando en Ciencias de la Salud

Miembro del Directorio de la Sociedad Ecuatoriana de Bioética. Vocal Principal
Coordinador de la Comisión de Investigación Científica de la Sociedad Ecuatoriana
de Salud Pública SESP

 Miembro de la Asociación Ecuatoriana de Ciencias Políticas AECIP

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Han pasado mas de cincuenta años desde que Van Rensselaer Potter introdujera el término de Bioética. Dicha expresión, en realidad, surgió como una respuesta a los complejos desafíos que planteaba las nuevas tecnologías y su rápida evolución para la humanidad en los diferentes campos de las ciencias(1). Sin embargo, de manera errónea se cree que la bioética es solo otra denominación para la ética médica. El Hastings Center define a la bioética como: “el estudio interdisciplinario de las cuestiones éticas que surgen en las ciencias de la vida, la atención de la salud y la política sanitaria y científica” (2). Sin duda, allí está el campo primario de acción de la bioética, pero este puede ampliarse a otros como la toma de decisiones en política pública. De hecho, por su carácter interdisciplinario la bioética puede trabajar junto a diferentes disciplinas científicas para poder llegar a una adecuada formulación, análisis y correcta decisión de las cuestiones públicas.

 

Señala Gregg: “Si al analizar las cuestiones bioéticas no se pueden resolver de manera ampliamente aceptable mediante argumentos racionales y si solo pueden regularse sobre la base de la toma de decisiones políticas, entonces la bioética pertenece a la esfera política.” El tipo particular de política que se practica en una sociedad dada es muy importante y determinará el tipo de regulación bioética, legislación y política pública que allí se genere. (3) Gregg también propone abordar políticamente las cuestiones bioéticas con dos procedimientos en particular que pueden generar decisiones bioéticas legítimas, una vez combinados: los comités de expertos en bioética y la democracia deliberativa. Por tanto, la bioética así entendida puede exceder a la bioética vista solo como proyecto moral o simplemente como conjunto de principios administrativos.

Como señala Martinho: “La bioética se ha convertido en un tema de debate público, y la discusión se ha extendido a diferentes foros, principalmente deliberativos. Las cuestiones bioéticas influyen en el debate legislativo y en las políticas públicas sobre salud, nuevas tecnologías” (4) Los grandes avances tecnológicos que vivimos y los que vendrán han sobrepasado ya el análisis basado solo en el campo de la ciencia y se refieren, por ejemplo, al uso de inteligencia artificial en la toma de decisiones en varios campos como economía, política, salud o la promesa y realidad de la edición genética con el uso de tecnologías como CRISPR Cas-9. Otros espacios en los que la bioética es útil es el de las discusiones sobre aspectos del final de la vida, maternidad subrogada, derechos humanos cuaternarios (5), temas sobre medio ambiente, ciencia y tecnología, nanotecnología, derechos de los animales y la naturaleza, protección contra bioterrorismo, investigación de células madre y otros. Todos estos son temas que trascienden el análisis solo desde el orden biológico, médico, científico y están ya siendo incluidos y discutidos en la política cotidiana.

Como bien afirma Callahan: “La bioética difícilmente puede resolver esos problemas por sí sola. Pero debido a la forma única en que reúne los problemas éticos y de política, tiene algunas contribuciones especiales que hacer. Hace preguntas y busca soluciones de formas diferentes a las de muchos análisis de política.” (6)

Con los antecedentes mencionados me permito hacer las siguientes recomendaciones:

1.      La participación de los bioeticistas en el diseño de políticas públicas debe ser parte integral del equipo que las diseña, debido a su gran preparación, experticia y conocimiento interdisciplinar para fortalecer una verdadera discusión intersectorial, que debe ser la base para el diseño de toda política pública junto a la participación directa de la ciudadanía.

2.      Que sea obligatoria la inclusión de una sección de análisis bioético en el diseño de políticas públicas. De hecho, no se debería siquiera permitir que ninguna política pública sea tomada en consideración para su aprobación sin incluir un análisis bioético.

3.      Ante los retos tecnológicos y científicos tan importantes y exigentes que nos tiene el presente y nos depara el futuro cercano recomiendo de igual manera la urgente creación de una comisión del más alto nivel ejecutivo para el estudio y análisis de los aspectos bioéticos en el país, conformada por un equipo interdisciplinar amplio para la toma de decisiones en políticas públicas relacionadas con los temas mencionados

 

Referencias

1.      Potter, V. R. Bioethics, Science of Survival. Perspectives in Biology and Medicine. 1970, 14 (1): 127-153. https://doi.org/10.1353/pbm.1970.0015

2.      The Hastings Center. Thehastingscenter.org, What is Bioethics [Internet]. USA [Citado 10 junio 2023]. Disponible en: https://www.thehastingscenter.org/what-is-bioethics/

3.      Gregg B. Political Bioethics. J Med Philos. 2022 Nov 5;47(4):516-529. doi: 10.1093/jmp/jhac008. PMID: 35512122.

4.      Martinho da Silva, P. Bioethics: And Politics. In: ten Have, H. (eds) Encyclopedia of Global Bioethics. 2016 Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-09483-0_52

5.      Risse M. The Fourth Generation of Human Rights: Epistemic Rights in Digital Lifeworlds. Moral Philosophy and Politics. 2021;8(2): 351-378. https://doi.org/10.1515/mopp-2020-0039

6.      Callahan, D. Bioethics and policy [Internet]. The Hastings Center. 2015 [Citado 12 junio 2023]. Disponible en https://www.thehastingscenter.org/briefingbook/bioethics-and-policy-a-history/

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